Este elemento comenzó a ganar popularidad entre las décadas de 1960 y 1980, siendo el verde el color preferido entre las opciones disponibles.

Uno de los elementos más característicos del exterior de los bloques de viviendas en muchas grandes ciudades españolas es el toldo. Este práctico accesorio no solo nos protege de las miradas curiosas de los vecinos, sino que, especialmente durante el verano, actúa como una barrera eficaz contra los intensos rayos del sol, manteniendo nuestros interiores más frescos.

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Comienzo en los años 60

Tras investigar sobre su origen, se atribuye la popularidad del toldo en España a "la época, las comunidades de vecinos y una moda". Sea como fuere, fue entre 1960 y 1980 cuando los toldos comenzaron a masificarse, coincidiendo con la construcción masiva de viviendas (400,000 al año, de media, entre 1970 y 1981 según el Instituto Nacional de Estadística) y el éxodo rural hacia las ciudades.

El interés por instalar este accesorio en las viviendas tenía mucho que ver con la necesidad de reducir unos grados la temperatura interna de la casa durante el verano. ¿Y qué hay del color? Al principio, las opciones se limitaban a verde, naranja y azul, siendo el verde el favorito. Esto dio lugar a un efecto de contagio visual: un vecino ponía un toldo, luego otro lo hacía, y así sucesivamente hasta que toda la fachada del bloque se llenaba de toldos del mismo color. Si un toldo se rompía y se quería cambiar de color, corrías el riesgo de ser "acusado" de romper la armonía estética del edificio.

El Color de los Toldos en la Actualidad

En la actualidad, la elección del color de los toldos no solo responde a criterios estéticos, sino también a necesidades funcionales. Tonos neutros como el beige, gris y blanco roto son tendencia por su capacidad de integrarse armoniosamente en diferentes entornos urbanos y residenciales. Sin embargo, los colores oscuros, como el verde bosque o el azul marino, siguen siendo populares por su capacidad de proporcionar mayor protección contra los rayos UV.

Además, la sostenibilidad ha influido en la elección de colores reflectantes que reducen la absorción de calor, mejorando la eficiencia energética. En espacios comerciales, los tonos llamativos como el rojo o el amarillo continúan utilizándose para atraer la atención y reforzar la identidad de marca. Así, los toldos modernos combinan diseño, funcionalidad y eficiencia para adaptarse a las necesidades actuales.

 

 

 

 

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